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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dirigió a la nación en la noche de este 28 de abril, en la víspera de sus primeros 100 días de Gobierno. Ante una sesión conjunta del Congreso, el mandatario celebró el progreso de su Gobierno contra la pandemia del Covid-19, el regreso de su país al Acuerdo de París y la reanudación de las relaciones internacionales, tras el enfoque de aislamiento de su antecesor, Donald Trump. Biden aún tiene promesas de campaña pendientes por cumplir. Urgió a una inversión de 1,800 millones de dólares en las familias estadounidenses.

Joe Biden marca sus primeros 100 días de Gobierno mientras la nación emerge de una de sus mayores crisis en décadas: la pandemia del Covid-19, que tiene a Estados Unidos como el país más afectado del planeta.

“Estamos convirtiendo el peligro en posibilidad”, aseguró el mandatario ante el Congreso, en referencia a la gestión de la emergencia sanitaria y en medio de la primera intervención de la historia de un jefe de Estado de EE. UU. acompañado por dos mujeres: la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y la vicepresidenta, Kamala Harris.

En su regreso al Capitol Hill, donde se desempeñó como senador durante más de tres décadas, Biden pidió al Legislativo aumentar el gasto para reconstruir la infraestructura de la nación y en ese proceso generar millones de empleos.

Su plan de infraestructura por 2,3 billones de dólares es una cifra asombrosa que se espera financiar con impuestos más altos a las grandes corporaciones.

El mandatario pidió un trabajo bipartidista para acabar con los vacíos legales que permiten la fuga de impuestos y hacer que las grandes empresas paguen “la parte justa” para invertir en la nación, pues dijo que no pretende castigar a nadie, pero que no va a poner más cargas fiscales a la clase media que ya paga lo suficiente.

“El paso es de la crisis a la oportunidad, todos reconocemos que la vida puede golpearnos, pero en esta nación jamás nos quedamos rendidos, Estados Unidos está levantándose de nuevo, eligiendo la oportunidad sobre el miedo”, ratificó Biden.

«Cada vacuna es una dosis de esperanza»

El mandatario retomó estas palabras de una de las enfermeras en primera línea de la pandemia a quien citó, al resaltar su exitoso programa de vacunación. Biden recordó que prometió 100 millones de vacunas en sus primeros 100 días de Gobierno, meta que alcanzó semana y media antes, y ahora asegura que bajo su Administración se han aplicado 220 millones de antídotos.

El líder de la Casa Blanca insistió en el plan de inoculación como solución a la emergencia sanitaria, por lo que pidió recapacitar a los estadounidenses que no desean vacunarse. Resaltó que su Gobierno ha movilizado unidades móviles para llegar al corazón de las comunidades con los fármacos y que todos los estadounidenses pueden ser inmunizados en este momento.

“Vayan a recibir la vacuna, están disponibles (…) Cuando juramenté el 20 de enero, menos de la mitad de la gente mayor estaba vacunada, 70 % de las personas por encima de los 65 años ahora están protegidas, las muertes de los mayores están decreciendo en un 80 % desde enero”, sostuvo.

Desde su llegada a la Casa Blanca, Estados Unidos ha acelerado su programa de vacunación. Sin embargo, su antecesor, el republicano Donald Trump, dejó adelantada la denominada operación ‘Warp Speed’, que aseguró millones de dosis suficientes para los ciudadanos.

En el marco de la pandemia, Biden también destacó la aprobación del plan de rescate económico por 1,900 millones de dólares que ha permitido llegar con fondos y ayudas económicas a personas que quedaron desempleadas. Un paquete que en sus palabras “está marcando la diferencia para todos”.

Aunque reconoció que “todavía, hay mucho trabajo por hacer para vencer este virus, no podemos bajar la guardia”.

Biden propone un plan de 1.800 millones de dólares para las familias

Dentro de sus planes de recuperación, el presidente aprovechó su intervención para pedir al Congreso que avale el llamado Plan para las Familias Estadounidenses, que incluye 1.000 millones en gastos y 800 millones en recortes de impuestos y créditos para la clase trabajadora.

Su nueva gran propuesta económica abarca la expansión de oportunidades educativas y el cuidado infantil para los trabajadores con hijos. “El plan laboral ayudará a millones de personas a volver a sus empleos, a sus carreras, dos millones de mujeres han abandonado su empleo en esta pandemia porque no reciben la asistencia para cuidar a sus hijos o a un padre”, dijo al destacar que ningún estadounidense debería perder un trabajo por esas dificultades.

Abogó por el incremento del salario mínimo a 15 dólares la hora, uno de los grandes reclamos de gran parte de la sociedad estadounidense. “Nadie que trabaja 40 horas a la semana debería vivir por debajo de la línea de la pobreza”, por lo que pidió que la medida sea aprobada para promulgarla.

Pese a las grandes dificultades, Biden aseguró que su Gobierno está en camino de recortar la pobreza infantil a la mitad, este año y resaltó que, según previsiones del Fondo Monetario Internacional, la economía de su país crecería en más del 6 % este 2021, el ritmo más rápido en cuatro décadas.

No obstante, admitió que Estados Unidos debe crecer en términos de ciencia, investigación, educación, acceso a la salud y el desarrollo de tecnología para la creación de energía limpia, entre otros, para volver a liderar en el campo internacional y superar a naciones que han tomado ventaja, refiriéndose especialmente a China.

“Estamos quedándonos atrás en la competencia con el resto del mundo, solíamos invertir 2 % en investigación y desarrollo y hoy es menos del 1 %, China y otros países están acercándose rápidamente, tenemos que dominar las tecnologías del futuro”, urgió.

Biden: «terminemos nuestra agotadora guerra contra la inmigración»

Respecto a una de sus grandes banderas de campaña, la reforma migratoria, Biden ha dado pasos desde que llegó a la Casa Blanca, pero también es el tema en el que más asuntos pendientes le quedan.

Entre sus avances, detuvo la construcción del muro en la frontera con México, acabó con el veto de viaje hacia las personas de países de mayoría musulmana y revirtió políticas firmadas con Donald Trump para deportar migrantes como el denominado “Remain in Mexico” o “quédate en México”, que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en un tercer país.

Al líder aún le falta cumplir grandes promesas que han representado la esperanza para millones de indocumentados, como es el caso del proyecto de ley para un camino a la ciudadanía para al menos 11 millones de personas que residen en suelo estadounidense en situación irregular. Propuesta que ya entregó al Congreso.

“Terminemos nuestra agotadora guerra contra la inmigración (…) Si creen que necesitamos una frontera segura, apruébenla. Si creen en una vía hacia la ciudadanía, apruébenla. Si realmente quieren resolver el problema, les he enviado el proyecto, ahora apruébenlo”

Pero durante su discurso el mandatario pareció rendirse a la posibilidad de lograr una reforma migratoria integral y apeló a al menos aprobar iniciativas dirigidas a ciertos grupos.

“Si no les gusta mi plan, al menos aprueben lo acordado ya”, afirmó el jefe de Estado al inmediatamente referirse al programa para proteger de la deportación a los “dreamers” o “soñadores”, personas que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, y a los centroamericanos que tienen estatus de protección temporal para que pasen a tener uno permanente.

Biden centra en China su principal objetivo de competencia internacional

El presidente demócrata apuntó a China en su primer discurso ante el Congreso el miércoles, prometiendo mantener una fuerte presencia militar estadounidense en el Pacífico así como impulsar el desarrollo tecnológico y el comercio. «Simplemente no hay razón para que las palas de las turbinas eólicas no se puedan construir en Pittsburgh en lugar de Beijing», dijo el mandatario, quien se ha referido repetidamente a la competencia con China como el mayor desafío de política exterior que enfrenta el país. 

Biden dio mayor prioridad a China que a cualquier otro tema de política exterior en un discurso que se centró principalmente en las políticas internas. Ha estado instando a los legisladores a aprobar un amplio paquete de legislación bipartidista que ahora se abre paso en el Senado y que presionaría a Beijing en diversos temas como el respeto a los derechos humanos, el desequilibrio comercial entre el gigante asiático y el desarrollo de nuevas tecnologías por parte de Estados Unidos para competir de manera más efectiva con China .

Biden también habló sobre Rusia. Dijo que había dejado claro al presidente Vladímir Putin que la interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses y los ataques cibernéticos contra el gobierno y las empresas de su país tendrían consecuencias,  aunque aclaró que Washington no busca una escalada en su relación con Moscú. También aseguró que trabajaría en estrecha colaboración con sus aliados para contrarrestar las amenazas de los programas nucleares de Irán y Corea del Norte.

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