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Las autoridades españolas han devuelto a unos 4.000 inmigrantes marroquíes de 8.000 que llegaron entre el lunes y el martes al enclave español de Ceuta, en el norte de África. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, prometió «la máxima firmeza» para el retorno a la normalidad de la pequeña ciudad española y viajó a Ceuta y Melilla.
Desde la madrugada de este martes las autoridades de España han devuelto a Marruecos a unos 4.000 de los 8.000 inmigrantes que han llegado a Ceuta en las últimas 24 horas durante el mayor arribo de inmigrantes que ha tenido España en los últimos años.
Varias unidades del Ejército español llegaron a la pequeña ciudad, ubicada en la orilla africana del estrecho de Gibraltar, para coordinar con otras fuerzas como la policía y la Guardia Civil, la contención de la oleada de migrantes que llegaron nadando o saltando los espigones fronterizos con Marruecos.
El grupo de inmigrantes conformado principalmente por jóvenes y niños, al intentar tocar tierra son arrestados y devueltos a Marruecos sin ningún tipo de formalidad migratoria. Muchos otros se aglutinaron del otro lado de la valla fronteriza esperando la oportunidad de cruzar, pero al menor intento son dispersados con gases lacrimógenos.
El socialista Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, prometió «la máxima firmeza» para el retorno a la normalidad de la pequeña ciudad española. «Sus ciudadanos y ciudadanas deben saber que cuentan con el apoyo absoluto del Gobierno de España y la máxima firmeza para velar por su seguridad y defender su integridad como parte del país ante cualquier desafío», declaró Sánchez.
Sánchez tenía previsto viajar este martes 18 de mayo a París para ser parte de la cumbre sobre financiación de África, organizada por el presidente francés, Emmanuel Macron, pero tuvo que suspenderla por la situación que llega en un momento de tensión diplomática con su vecino Marruecos, molestos por el ingreso a un hospital español, por Covid-19, de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario y presidente del territorio en disputa del Sahara Occidental.
Pedro Sánchez viajó este martes a Ceuta, el enclavo español en territorio africano donde se ha presentado la última presión migratoria. «Vamos a restaurar el orden en la ciudad y sus fronteras», declaró en televisión, prometiendo devolver a todos los inmigrantes y describiendo la situación como «grave crisis» para España y para Europa.
Allí, agradeció a las fuerzas de seguridad del Estado desplegadas en la zona por su labor a la hora de brindar atención a los migrantes y su actuación para contener la crisis.
Así mismo, advirtió a Marruecos que garantizará la integridad territorial de España «con todos los medios necesarios» y protegerá la tranquilidad de los ciudadanos de Ceuta y Melilla. «Como presidente del Gobierno siempre he creído firmemente que Marruecos es un país socio, un país amigo de España, y así debe seguir siendo. El cuidado de nuestras relaciones ha formado parte desde siempre de la política exterior española, también de mi Gobierno. Y así debe seguir siendo. Mi deseo es seguir estrechando aún más esta relación de amistad», manifestó el jefe del Ejecutivo español.
«Si me quedara aquí tendría miedo”: Migrante
«Vine aquí a cruzar ilegalmente para asegurar el futuro de mi hijo porque aquí en Tetuán no hay nada. Como habrás notado, este es un pueblo turístico. Vamos a cruzar: o me muero o me muero.», dijo una mujer que intentó arribar antes del amanecer.
“Llegamos aquí al mismo tiempo que la multitud. Muchos jóvenes querían cruzar, pero la policía nos detuvo y nos echó a todos”, exclamó Khadija, un peluquero de 26 años que formó parte del grupo que llegó de madrugada, pero fueron llevados a un estadio de fútbol para su inmediata deportación.
Otro joven, identificado como Mohamed, aseguró antes de meterse al mar que “todos los jóvenes quieren salir del país, no hay trabajo”. Al preguntarle si tenía miedo de cruzar nadando respondió “no, no tengo miedo. Si me quedara aquí tendría miedo. Tengo que irme para salvarme «.
Las autoridades reportan que un migrante murió ahogado al intentar cruzar nadando. El ejército se ha tomado la playa en Tarajal, donde se concentra la mayor parte de inmigrantes y es también donde ha llegado la mayoría de menores de edad, unos 1.500, según medios locales. En las imágenes difundidas en la televisión local española se puede observar a un grupo de jóvenes cuando salen del mar o saltando las murallas rocosas de la costa, al tiempo que piden a los militares que los dejen ingresar a territorio español, pero son apresados si tocan tierra.
Nuevos arribos en Melilla
En Melilla, ciudad ubicada en el norte de África, entre España y Marruecos, también se registró este lunes la llegada de 86 migrantes subsaharianos. Allí el Gobierno de Melilla informó que un grupo de 300 migrantes intentó cruzar la valla fronteriza pero que la policía logró evitarlo. Las autoridades reubicaron en un centro a los migrantes antes de su repatriación y afirmaron que hubo “colaboración activa de las fuerzas de seguridad de Marruecos”.
El Gobierno marroquí aún no da su versión sobre esta oleada y el ministro de interior de España ha desvinculado la crisis de las tensiones diplomáticas. “Tenemos una relación con el Gobierno de Marruecos absolutamente fructífera en materia migratoria. Vemos cómo muchas personas mueren en el mar. Estamos en una crisis migratoria que es continuada en el tiempo”, dijo Fernando Grande Marlaska.
«Las fronteras de España son europeas»: Unión Europea
Este martes se pronunció la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, quien solicitó a Marruecos que apoye la lucha contra la inmigración. «Lo más importante ahora es que Marruecos siga comprometido para evitar salidas de inmigrantes irregulares», dijo Johansson durante un debate en la Eurocámara.
Según la comisaria, los visitantes irregulares deben ser «devueltos de manera ordenada y efectiva», al tiempo que destacó que la Unión Europea, «quiere una relación con Marruecos basada en la confianza y en unos compromisos compartidos». La comisaria asegura que sigue de cerca a situación en Ceuta junto a Josep Borrell, el alto representante para la Política Exterior de la UE, y resaltó que «Las fronteras de España son europeas».
Otro funcionario que reaccionó en redes sociales a la imprevista crisis migratoria en España fue Margaritis Schinas, el vicepresidente para la Promoción del Estilo de Vida Europeo, encargado de Migración. «La frontera española de Ceuta es una frontera europea. Plena solidaridad con España. Necesitamos ya el Pacto de política migratoria europea: acuerdos con países terceros; una robusta protección de nuestras fronteras; solidaridad entre los Estados Miembros, y una política de migración legal», tuiteó.
La entrada de 8.000 inmigrantes establece un nuevo récord en España que vivió el último arribo masivo en noviembre pasado en Canarias cuando llegaron durante un fin de semana 2.200 migrantes. Algo así no sucedía desde hacía 15 años. El ministro de Interior añadió que enviaron a 200 policías más a Ceuta para reforzar a los 1.200 agentes que custodian la frontera con Marruecos.