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El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, el primer ministro de Libia, Abdul Hamid Dbeibah, la ministra de Relaciones Exteriores de Libia, Najla Mangoush, y la subsecretaria de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU, Rosemary DiCarlo, posan para una foto antes del inicio de la 'Segunda Conferencia de Berlín sobre Libia' en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín, Alemania, 23 de junio de 2021.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, el primer ministro de Libia, Abdul Hamid Dbeibah, la ministra de Relaciones Exteriores de Libia, Najla Mangoush, y la subsecretaria de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU, Rosemary DiCarlo, posan para una foto antes del inicio de la ‘Segunda Conferencia de Berlín sobre Libia’ en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín, Alemania, 23 de junio de 2021. © Michael Sohn / REUTERS

Tras una década de turbulencia política, caos y violencia, Libia fue el centro de discusión este 23 de junio en Berlín. En la segunda conferencia internacional para discutir su estabilidad, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, reafirmó la necesidad de celebrar elecciones en diciembre. El primer ministro interino de Libia solicitó el retiro de tropas extranjeras. Y el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, pidió garantizar la ayuda internacional al proceso. 

La paz de Libia pende de varios hilos: elecciones en diciembre, retiro de tropas extranjeras y supervisión internacional del proceso. Así quedó estipulado dicho objetivo en la segunda conferencia sobre este país africano en Berlín, tras la convocatoria realizada por el Gobierno alemán y la ONU.

A la cita asistieron potencias mundiales y actores regionales, en aras de trazar una hoja de ruta para alcanzar su estabilidad, en tiempos de tensa calma tras el cese del fuego pactado entre las facciones rivales del este y del oeste del país, desde el pasado octubre de 2020.

La postura de Estados Unidos la sentó su secretario de Estado, Antony Blinken. Su discurso afianzó la necesidad de que Libia celebre las elecciones nacionales previstas para diciembre de este año. «Compartimos el objetivo de una Libia soberana, estable, unificada y segura, libre de injerencias extranjeras», añadió Blinken.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, da una declaración al inicio de la Segunda Conferencia de Berlín sobre Libia en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín, Alemania, el 23 de junio de 2021.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, da una declaración al inicio de la Segunda Conferencia de Berlín sobre Libia en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín, Alemania, el 23 de junio de 2021. © Andrew Harnik / REUTERS

Libia atraviesa por un Gobierno de transición cuyo objetivo es convocar elecciones

Meses atrás, la ONU había seleccionado a 75 libios para transar con las dos administraciones en pugna, la del este y del oeste. Los diálogos alcanzaron un acuerdo: sustituir a las facciones rivales por un Gobierno interino, que se encargara de supervisar un proceso de elecciones para el 24 de diciembre de 2021. 

Estos 75 libios acabaron eligiendo un consejo presidencial de tres hombres, con Abdulhamid Dbeibeh como primer ministro. El fracturado parlamento libio avaló dicho Gobierno de transición en marzo, y tanto el este como el oeste de Libia le transfirieron oficialmente el poder.

El primer ministro libio, Abdulhamid Dbeibeh, habla con funcionarios durante la reapertura del cruce de carreteras que cruza el frente helado entre el este y el oeste en Libia, el 20 de junio de 2021.
El primer ministro libio, Abdulhamid Dbeibeh, habla con funcionarios durante la reapertura del cruce de carreteras que cruza el frente helado entre el este y el oeste en Libia, el 20 de junio de 2021. © REUTERS / Ayman al-Sahili

Justamente, Abdulhamid Dbeibeh solicitó este miércoles en la segunda conferencia de Berlín ayuda internacional para retirar a las tropas extranjeras de Libia. 

«Hay preocupaciones de seguridad sobre el proceso político basadas en el control directo y armado de mercenarios en algunas zonas, la presencia de fuerzas militares con dimensiones políticas y la presencia de algunos terroristas», expuso el primer ministro libio.

En Libia permanecen mercenarios que ayudan militarmente a los bandos en conflicto

Los mercenarios a los que hace alusión Dbeibeh son grupos de apoyo de diferentes países, para nutrir de armamento e inteligencia militar, tanto al bando del este como al del oeste. Y aunque el cese del fuego pactado en octubre entre ambas facciones estipuló el retiro inmediato de dichos mercenarios, lo cierto es que permanecen inamovibles del país africano. 

Por ejemplo, el comandante oriental Khalifa Haftar cuenta con el apoyo de mercenarios rusos, traídos por la empresa rusa Wagner, así como de Sudán, Chad y Siria, de acuerdo con un informe de expertos de la ONU.

La contraparte occidental, correspondiente al antiguo Gobierno libio en su capital, Trípoli, ha contado con el apoyo de fuerzas regulares turcas que fungían de asesores, y de combatientes sirios aliados.

El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, hace gestos durante la 'Segunda Conferencia de Berlín sobre Libia' en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín, Alemania, el 23 de junio de 2021.
El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, hace gestos durante la ‘Segunda Conferencia de Berlín sobre Libia’ en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín, Alemania, el 23 de junio de 2021. © Michael Sohn / Pool vía REUTERS

Pero varios diplomáticos de la conferencia aseguran que «no es realista suponer que Turquía vuelva a salir de Libia. Han establecido bases militares aquí. Lo mismo para Rusia con sus mercenarios Wagner».

Dado el peligro por el que cursa la transición de Libia hacia un gobierno pacífico, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, declaró previo al comienzo de la conferencia de este miércoles en Berlín, que los participantes buscan «garantizar que haya apoyo internacional» para apuntalar la paz de los libios.

Una década de conflicto civil tras la muerte del dictador Muamar al Gadafi

Fueron 42 años al poder. Gadafi, el antiguo dictador libio, reprimió violentamente en 2011 la rebelión de sus opositores, echándose de enemigo a las fuerzas de la OTAN. Acorralado por el avance militar de la coalición internacional, huyó de Trípoli a Sirte, donde estuvo sitiado por varias semanas, hasta que fue herido y cayó en manos de los rebeldes. Estos últimos lo ejecutaron el 20 de octubre de 2011, y desde entonces, el país quedó absolutamente fragmentado en diversos grupos militares. 

Tres años más tarde, el jefe militar Khalifa Haftar, figura comandante del oriente libio, ordenó disolver el Congreso en Trípoli, por entonces dominado por los Hermanos Musulmanes. Los legisladores se negaron, respaldados en parte por islamistas y yihadistas del grupo Estado Islámico en Bengasi. 

Dada la confrontación de poderes, Haftar montó un Gobierno paralelo con sus propias instituciones en el oriente de Libia, para hacerle frente a Trípoli. Así comenzó la batalla por esta ciudad y una guerra civil en 2014. 

El general Khalifa Haftar habla durante una conferencia de prensa en un club deportivo en Abyar, una pequeña ciudad al este de Bengasi, el 21 de mayo de 2014.
El general Khalifa Haftar habla durante una conferencia de prensa en un club deportivo en Abyar, una pequeña ciudad al este de Bengasi, el 21 de mayo de 2014. © REUTERS / Esam Omran Al-Fetori

La guerra civil de Libia, entre el este y el oeste, cumple siete años sin resolverse

El conflicto atrajo apoyos internacionales, dado que en juego estaba un importante activo: la exportación de petróleo, del cual es rico Libia. De una parte, el Ejército Nacional Libio de Haftar contó con el respaldo de Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Egipto, mientras que Turquía y Siria le dieron su espaldarazo al gobierno de Trípoli. 

Así transcurrieron los años, hasta que en 2020, tras 14 meses de un fallido asalto del comandante oriental Khalifa Haftar a Trípoli, el progreso político comenzó a vislumbrarse. 

Las Naciones Unidas lograron mediar un cese del fuego en octubre de 2020, y los bandos rivales de oriente y occidente negociaron reanudar las exportaciones de petróleo. 

Pero a pesar del fracaso militar de Haftar en Trípoli, el comandante sigue siendo poderoso y su Ejército Nacional Libio toma posiciones clave, como la frontera sur con Argelia donde se desplegó la semana pasada. 

Entre tanto, una gran cantidad de grupos armados, que se resisten a deponer el poder conseguido mediante las armas tras la muerte de Gadafi, serían los encargados de proponer posibles candidatos a las elecciones. De tal suerte que para los expertos internaciones, el escenario de unas elecciones libres y justas, y un retiro de tropas extranjeras y de mercenarios, genera profundas dudas. 

Fuentes