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Porque votar por mi en el PRM

Naciones Unidas, por medio de una reunión de su Asamblea General, intentó lograr un consenso para cortar el suministro de armas con dirección a Myanmar en medio de la crisis política, de violencia y represión que se vive en este país de sudeste asiático desde el golpe de Estado militar del pasado 1 de febrero.

La ONU consiguió aprobar, aunque sin unanimidad, una resolución que pide a los países miembros de la organización no llevar armas con destino a Myanmar en medio del conflicto que vive el país desde el golpe de Estado militar perpetrado contra el Gobierno democráticamente elegido de Aung San Suu Kyi.

De los miembros presentes 119 países votaron a favor de la medida, sin embargo 36 se abstuvieron, entre ellos Rusia y China. Beijing ha sido acusado durante estos meses violencia de ser el principal aliado de los militares que se auparon por la fuerza en el poder y que dominan una gran parte del país. La cúpula militar ha recibido sanciones por parte de Occidente, pero no de China.

La Asamblea también pidió al mando castrense el respeto de los resultados de las elecciones de noviembre de 2020, que dio una clara victoria a Aung San Suu Kyi y les exhortó a liberar a esta política. Los militares le acusaron de fraude en los comicios y de numerosos cargos, hechos por los cuales justificaron el golpe de Estado. Desde el primero de febrero la icónica activista está detenida por las autoridades.

Numerosas voces han alertado del “riesgo real” que existe de guerra civil en esta nación. Tras el golpe miles de personas se manifestaron durante semanas en las calles y recibieron una represión brutal, algo que ha enquistado la situación todavía más y que ha hecho que las numerosas guerrillas del país se hayan unido al Gobierno democráticamente electo para luchar al enemigo común de ambos: los militares.

Las fuerzas de la junta militar han matado a más de 860 personas desde el golpe, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos. Aunque las fuerzas castrenses dicen que el número es mucho menor.

Entre los países que se abstuvieron o no ejercieron su derecho a voto predominó la idea de que la situación de Myanmar era una cuestión netamente interna y que la resolución “no ayudaría” a revertir la situación que se vive.

El embajador de la Unión Europea en la ONU, Olof Skoog, sin embargo, aseguró que la resolución de la ONU envía un mensaje poderoso: «Deslegitima a la junta militar, condena su abuso y violencia contra su propio pueblo y demuestra su aislamiento a los ojos del mundo».

Las resoluciones de la Asamblea General no tienen ningún tipo de poder vinculante para las naciones y se reduce solamente a un peso político. A diferencia del Consejo de Seguridad, las naciones no tienen poder de veto por lo que una abstención de China significa que seguramente no apoye el cese de envíos de armas a Myanmar.

Lo aprobado en esta sesión tiene un lenguaje de condena mucho más liviano contra la junta militar debido a que el original fue suspendido el pasado 18 de mayo debido a las profundas diferencias entre los países miembros para aprobarlo.

El papel de la ASEAN clave

Desde la ONU también se ha instado a que los militares cumplan lo que prometieron frente al organismo regional de sudeste asiático, conocido como ASEAN. Desde esta organización se ha intentado que los militares respeten una serie de puntos que haga que se puedan producir unas elecciones en los próximos meses y se garantice la seguridad de los manifestantes, algo que no se ha producido.

ASEAN fue muy criticado debido a que se reunió con la junta militar, que internacionalmente no es reconocida por numerosos países, e ignoró la petición de reunión realizada por los representantes del Gobierno democráticamente elegido por los birmanos.

Suu Kyi cumple años bajo arresto

En todo este contexto la líder birmana Aung San Suu Kyi cumplió 76 años bajo arresto desde que fuera retenida por los militares el 1 de febrero. Miles de personas salieron este sábado a las calles con flores en las manos para conmemorar el aniversario de la líder política y premio nobel de la paz que es el rostro más visible de la oposición al régimen.

El pasado lunes la activista se sentó en el banquillo en el que es su primer día de juicio por los cinco cargos presentados por los militares, acusaciones cuestionadas en el panorama internacional. Acusaciones variadas como incitación a la agitación pública, la violación de las normas contra el Covid-19, la importación ilegal de «walkie-talkies», vulnerar la Ley de Secretos Oficiales y aceptar sobornos.

Hasta el momento se desconoce cual es el lugar en el que Su Kyi está siendo retenida y cual es su verdadero estado de salud. Suu Kyi apareció frente a otras personas por primera vez el pasado 24 de mayo y sus abogados aseguran que vive totalmente aislada, sin saber que es lo que está sucediendo en el país con las protestas.

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