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Porque votar por mi en el PRM

Entre los nueve figuran algunas de las personalidades más respetadas de la lucha por las libertades en la excolonia británica

Dos días después de que Pekín aprobara una reforma en el sistema electoral de Hong Kong para que la oposición tenga casi imposible ocupar un asiento en el Parlamento hongkonés, siete ex legisladores han sido declarados culpables de «organizar y participar» en una «asamblea ilegal» el 18 de agosto de 2019. Fue una gran protesta pacífica, recordada en la ex colonia británica porque concentró a casi dos millones de personas.

En el juicio, que ha durado cuatro semanas y que dictará sentencia el próximo 16 de abril, también estaba en el banquillo el magnate de los medios Jimmy Lai, dueño del Apple Daily, el mayor diario a favor de la democracia de Hong Kong. Los fiscales acusaban a Lai y a los seis ex legisladores de convertir una asamblea aprobada en Victoria Park en una marcha ilegal hacia el distrito Central. Se enfrentan a penas de hasta 10 años de cárcel.

«Los organizadores del 18 de agosto desobedecieron deliberadamente la ley y no fueron sinceros al afirmar que no encabezaban una marcha, sino que promulgaban un plan de dispersión porque la policía deliberadamente no tenía uno», dice el fallo judicial emitido este jueves.

Jimmy Lai ya fue detenido por primera vez el pasado verano bajo la nueva Ley de Seguridad Nacional. Se le acusaba de «colusión con fuerzas extranjeras» y de subvencionar a grupos de activistas que participaron en las protestas del año pasado en la ciudad. El magnate pagó la fianza. Cuatro meses después, de nuevo fue arrestado, esta vez bajo una acusación de fraude. El veterano empresario de 72 años tiene la ciudadanía británica y una fortuna estimada en 1.000 millones de dólares gracias a sus inversiones en la industria textil y, después, a la adquisición y fundación de varios medios locales en Hong Kong.

El otro rostro más popular entre el resto de los acusados de este jueves es el de Martin Lee Chu-ming, considerado uno de los padres del movimiento democrático de Hong Kong cuando la ciudad volvió a manos de China en 1997. Lee, abogado de 86 años, fue elegido por Pekín para redactar la mini Constitución, la Ley fundamental que protege el principio de ‘un país, dos sistemas’ manteniendo a Hong Kong como una región semiautonómica.

Aunque esas bases empezaron a cambiar cuando el 1 de julio del año pasado entró en vigor la Ley de Seguridad Nacional, aprobada por el Parlamento chino, que castiga con hasta cadena perpetua delitos como la secesión, subversión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras, los cuales el Pekín interpreta a su manera.

Lo que vino después fue la detención de cientos de activistas y legisladores que encabezaron las protestas pro democracia de 2019, así como la dimisión en bloque de todos los diputados opositores a Pekín, entre los que figuran algunos nombres que han sido condenados también este jueves: Leung Kwok-hungLee Cheuk-yanAlbert Ho Chun-yanCyd Ho Sau-lan y Margaret Ng Ngoi-yee. Muchos de ellos, al igual que el abogado Lee, se enfrentan también a otros cargos por presuntos delitos de seguridad nacional, con penas máximas que pueden llegar a los cinco años.

En el verano de 2019, en Hong Kong comenzaron unas marchas pacíficas contra un proyecto de ley que permitía la extradición de fugitivos a China continental. Los manifestantes consiguieron que la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, tumbara la ley. Pero no era suficiente porque los en las calles ya habían abrazado otras cuatro demandas que no iban a soltar: retirar el calificativo «revuelta» a las protestas del 12 de junio, lo que conllevaba penas de 10 años de prisión a los detenidos en las marchas de aquel día, investigar los abusos policiales durante las protestas y tener un completo sufragio universal para que el pueblo pueda elegir también el jefe Ejecutivo.

Después, uno de los epicentros financieros de Asia entró en un bucle de violencia donde los manifestantes más jóvenes primaron el fuego más que el diálogo. Más adelante, la pandemia dejó las calles vacías y desde Pekín cocinaron la ley de seguridad nacional para acabar con cualquier tipo de disidencia en la ciudad y que no se volvieran a repetir las escenas de 2019.

Joshua Wong, el activista más famoso de Hong Kong, fue detenido a finales del año pasado y condenado a 13 meses y medio de prisión por acudir y organizar una «asamblea no autorizada» frente a la sede de la Policía de Hong Kong. Además de Wong, también fueron condenados por el mismo delito otros dos reconocidos activistas, Agnes Chow e Ivan Lam (26).Más en El MundoEuropa empieza a analizar la vacuna china SinovacEEUU vigila la trayectoria de un gran cohete chino que cae a la Tierra fuera de control

Esta semana, el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP), el máximo órgano de poder del Parlamento chino, ha respaldado por unanimidad votación la aprobación de una reforma integral del sistema electoral de Hong Kong. Se reducirán casi a la mitad el número de escaños elegidos directamente en el Parlamento hongkonés y cualquier persona que presente su candidatura para entrar al legislativo deberá ser examinado por un comité. Ese órgano, según los funcionarios chinos, deberá garantizar que la ciudad esté gobernada por «patriotas». Eso excluye a todos los anteriores legisladores que participaron en las protestas de 2019.

Según la nueva ley, la legislatura de Hong Kong se ampliará de 70 a 90 escaños. El número de representantes elegidos por sufragio bajará de 35 a 20; 40 serán elegidos por un comité de Pekín, y de los 30 restantes se encargarán las llamadas «circunscripciones funcionales», que la agencia AFP describe como «órganos que representan a determinadas industrias y grupos de intereses especiales que han sido históricamente leales a Pekín».

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