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El presidente de México propuso esta semana una inusual estrategia para enfrentar el fenómeno de la migración desde Centroamérica: la siembra de árboles.
En la Cumbre de Líderes Mundiales sobre Clima, Andrés Manuel López Obrador le planteó a Joe Biden replicar su programa Sembrando Vida en El Salvador, Guatemala y Honduras.
Se trata de uno de los proyectos eje de la gestión del presidente mexicano, en el que habitantes de zonas rurales reciben un ingreso a cambio de sembrar y cuidar árboles en sus parcelas.
«En ello laboran 450.000 campesinos y campesinas que reciben un jornal de 5.000 pesos mensuales», unos US$250, expuso este jueves AMLO a los otros líderes mundiales en la cumbre virtual convocada por Biden.
Y planteó a Biden que su gobierno podría ofrecer visas temporales de trabajo, permisos de residencia o la nacionalidad a quienes trabajen en este programa durante varios años en sus países.
«El fenómeno migratorio, como lo sabemos todos, no se resuelve con medidas coercitivas, sino con justicia y bienestar», dijo AMLO.
Biden no ofreció una respuesta a la propuesta inmediatamente.
Pero en una charla con periodistas en la víspera, el miércoles, un funcionario consideró poco probable que el gobierno de EE.UU. pudiera asumir una propuesta así: «Desde nuestro punto de vista, no es una conversación sobre migración. Es una conversación sobre el cambio climático«.
«No suena como algo que tenga oportunidad alguna de conversarse extensamente entre México y Estados Unidos», apuntó.
Para expertos en políticas migratorias como Giovanni Peri, sin embargo, es una propuesta que hay que valorar.
«Esto generaría el marco adecuado y la perspectiva a largo plazo para un plan, en lugar de gestionar emergencias, y puede afectar positivamente a las tres economías», dijo el director del Centro de Migración Global, de la Universidad de California-Davis.
¿Qué es Sembrando Vida?
Tras asumir el gobierno en 2018, el presidente mexicano puso en marcha Sembrando Vida como uno de los programas prioritarios de su gobierno -con US$1.400 millones en 2021- al tener un doble propósito.
Por un lado, combatir la pobreza a través del empleo de la gente desfavorecida de zonas rurales. Por otro, combatir el cambio climático a través de la reforestación de regiones que sufren daños ambientales.
El objetivo es que para 2024 hayan sido sembradas un millón de hectáreas de árboles de maderables, frutales y de especias.
Cada participante del programa recibe hasta US$250 al mes por hacer las labores de siembra, cuidado y cosecha. También son empleados cientos de técnicos que guían a los campesinos, los cuales deben encargarse de un área de 2,5 hectáreas cada uno.
Diversos expertos en reforestación y organizaciones han apuntado que este programa es uno de los esfuerzos en la materia más importantes que se hayan hecho en México en los últimos gobiernos.
«La iniciativa es muy buena», dice a BBC Mundo el ecólogo Horacio Paz, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Sin embargo, organizaciones independientes no han podido comprobar qué tan efectivo ha sido por falta de información del programa. Y expertos también advierten que puede poner en riesgo al propio medioambiente al que busca ayudar.
¿Ha dado resultados?
El gobierno asegura que se han sembrado 700 millones de plantas, manejadas por alrededor de 450.000 participantes del programa.
Su presupuesto ha sido duplicado para añadir a casi 200.000 beneficiarios más respecto a 2019.
En Centroamérica ya se han iniciado proyectos de Sembrando Vida en Honduras y El Salvador, luego de acuerdos entre López Obrador y sus colegas Juan Orlando Hernández y Nayib Bukele, respectivamente.
Sin embargo, sus resultados ambientales son difíciles de monitorear, dice el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) que el mes pasado presentó una primera evaluación independiente del programa.
«Sembrando Vida no tiene como objetivo prioritario la restauración forestal y tampoco la reforestación», dice WRI México en su informe, sino que es «una estrategia de productividad» en zonas pobres para «reactivar la economía local».
«El análisis realizado por WRI México, si bien no es concluyente debido a la falta de acceso a información y coordenadas de las parcelas, muestra claramente que el programa tuvo un impacto negativo en las coberturas forestales y el cumplimiento de las metas de mitigación de carbono del país durante su primer año de implementación».
Según su análisis, el programa «podría haber incentivado una pérdida de coberturas forestales de 72.830 hectáreas durante el primer año de operación (2019)».
Los riesgos al «sembrar vida»
La administración del programa está a cargo de la Secretaría del Bienestar, que combate la pobreza, y no por la Secretaría de Medio Ambiente, lo que hace temer a expertos que muchas decisiones se tomen sin tener en cuenta a los especialistas en materia ambiental.
«El problema más importante de no planear es que la selección de especies que se use para reforestar no sea adecuada«, explica el ecólogo Horacio Paz.
«Una buena parte de los esfuerzos de reforestación fallan por esto. Y un porcentaje muy, muy alto de plantas sembradas se mueren«, añade el experto del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad mexicano.
El catálogo de Sembrando Vida, dice el gobierno, incluye 128 especies.
«Las variedades serán las que haya de acuerdo a la vocación del suelo, del clima, pero también de la cultura. Este programa está sirviendo para rescatar especies nativas», explicó a BBC Mundo en 2019 la secretaria María Luisa Albores, a unos meses de poner en marcha el proyecto.
López Obrador ha dicho que su programa respeta el conocimiento técnico forestal, pero ha destacado la «sabiduría de la gente» como la base para el manejo de la reforestación.
Otro problema señalado por los especialistas es que plantar árboles donde previamente no había bosques de manera natural puede dañar los ecosistemas existentes.
«Cuando los árboles son adultos, vienen efectos sobre el ecosistema. Ahí viene el segundo gran problema», explica el ecólogo Horacio Paz.
«Si no seleccionamos bien esas especies en términos de qué función tienen en el ecosistema, difícilmente podremos mejorar los procesos del ecosistema», añade.
¿Es ésta la solución natural más efectiva para combatir el calentamiento global?
En cuestión de combate al cambio climático, la reforestación bien planeada y con conocimiento del entorno ayuda a disminuir la carga de CO2 en el ambiente. Pero no todas las especies capturan y almacenan carbono de la misma forma, e incluso existe un riesgo de efecto contraproducente.
«En muy poco tiempo vas a tener el carbono de vuelta a la atmósfera, porque las plantas se mueren, se descomponen y el carbono se libera», plantea Paz como otro reto.
«Si se quieren tener almacenes de largo plazo, es mejor tener plantas que hacen fotosíntesis lentamente, pero que viven más tiempo, que pueden mantener en su cuerpo el carbono que han capturado», añade.
Y con el avance del programa, ambientalistas han alertado que hay campesinos que deforestan sus tierras para inscribirlas en el programa y recibir los beneficios económicos.
Es decir, hay un daño al medioambiente adicional al ya preexistente y que se busca combatir.
La propuesta migratoria
En su intervención en la cumbre climática, López Obrador enfocó su propuesta de ampliar Sembrando Vida a que el gobierno de EE.UU. ofrezca financiamiento y recompensas migratorias.
«Nosotros asumimos nuestra responsabilidad económica y nos comprometemos a ayudar en la organización productiva y social, y ustedes, presidente Biden, podrían financiar el programa Sembrando Vida en Guatemala, Honduras y El Salvador», dijo el mandatario.
Bajo su perspectiva, sería posible sembrar 3.000 millones de árboles y generar 1.200.000 empleos.
Al ser esos tres países los mayores generadores de migrantes hacia EE.UU. de la región, AMLO considera que EE.UU. «podría ofrecer» a quienes trabajen tres años consecutivos las tierras una visa de trabajo temporal.
Y luego de «otros tres o cuatro años», que obtengan «hasta la residencia en EE.UU. o su doble nacionalidad»:
Para Giovanni Peri, este plan puede ser viable si hay un compromiso de las partes.
«Como experto en migración, yo diría que existe una lógica económica y humana muy sólida en la idea de crear visas de trabajo para que los centroamericanos trabajen en Estados Unidos y esto claramente reduciría la presión sobre la inmigración ilegal», dice a BBC Mundo.
«La combinación de un objetivo de sostenibilidad y un objetivo de migración también es interesante, ya que puede dar los incentivos adecuados a los países de origen y promovería una colaboración entre el país receptor y el país emisor, que es necesaria para resolver el problema de los menores no acompañados y el hacinamiento en la frontera México EE.UU.», añade.
Sin embargo, el analista Ariel Ruiz, del Migration Policy Institute (MPI), advierte que iniciativas como Sembrando Vida aún tienen que demostrar su efectividad.
«Por sí solos, estos programas no reducirían los flujos migratorios a corto plazo. La implementación y evaluación de Sembrando Vida en México aún está en progreso en el sur de México y Centroamérica y, como resultado, es demasiado pronto para cuantificar su impacto en los flujos migratorios», dice.
«A corto plazo, la expansión de los canales estadounidenses existentes, como los programas H-2A y H-2B, podría brindar alternativas más rápidamente para la migración regular desde Centroamérica».