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Antony Blinken llegó este jueves 15 de abril a Kabul, capital de Afganistán, en una visita sorpresa tras el anuncio del presidente Joe Biden de retirar a las tropas estadounidenses del país. Mientras los aliados de la OTAN respaldan la decisión, muchos afganos temen una escalada de la violencia.
Estados Unidos acelera su retirada de tropas en Afganistán. Tras el anuncio del presidente Joe Biden, el secretario de Estado Antony Blinken realizó este jueves una visita no anunciada a Afganistán para pavimentar el camino de la retirada, fijada para el 11 de septiembre, y convencer a los dirigentes del país de poner fin a la guerra más larga que libra Estados Unidos.
Blinken se reunió durante la visita con las principales autoridades afganas, entre ellas el mandatario Ashraf Ghani y el presidente del Consejo Superior para la Reconciliación Nacional (HCNR), Abdullah Abdullah.
El encargado de la diplomacia estadounidense trató de asegurarles que su país seguirá comprometido con Afganistán. «Quería demostrar con mi visita el compromiso continuo de Estados Unidos con la República Islámica y el pueblo de afgano», dijo Blinken al presidente Ashraf Ghani durante su reunión en el palacio presidencial de Kabul.
«Respetamos la decisión y estamos ajustando nuestras prioridades», respondió Ghani al alto funcionario estadounidense.
La guerra de Afganistán, que empezó el 7 de octubre de 2001, ha dejado unos 160.000 muertos entre soldados y civiles. Y aunque en 2011 las tropas estadounidenses se contaban por encima de las 100.000, actualmente quedan 2.500 uniformados. “La solución en Afganistán no es militar” pronunció la Casa Blanca el pasado martes.
Haciendo eco de este mensaje, Blinken dijo a Abdullah Abdullah que hay «un nuevo capítulo, pero es un nuevo capítulo que estamos escribiendo juntos».
“Hemos intercambiado opiniones sobre la decisión de EE.UU. de retirar sus tropas de Afganistán y el Proceso de Paz afgano. Le agradecí a él y al Gobierno de EE.UU. su apoyo a Afganistán y su nuevo compromiso de seguir apoyando a nuestro país y los esfuerzos de paz”, escribió en Twitter el presidente del HCNR.
Los aliados de la OTAN seguirán el paso a EE. UU.
El secretario de Estado norteamericano llegó a Kabul procedente de Bruselas (Bélgica) donde se reunió con los representantes de la OTAN. Él y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, obtuvieron rápidamente la aprobación de los aliados para poner fin a su misión en Afganistán.
Así, las aproximadamente 7.000 tropas de la OTAN se irán en unos meses, poniendo fin a la presencia militar extranjera en el país.
Estados Unidos sostiene que las misiones dirigidas de manera conjunta con la OTAN han logrado su objetivo de eliminar la red de Al-Qaeda de Osama bin Laden en Afganistán.
Un argumento que se ha enfrentado con el rechazo de algunos, que afirman que la desmilitarización supondrá una pérdida de libertades para los afganos.
“Mi opinión es muy pesimista», dijo Naheed Farid, una de la media docena de líderes cívicos, en su mayoría mujeres, que se reunieron con Blinken en la Embajada de Estados Unidos en Kabul, cuando se le preguntó sobre el futuro de su país.
A pesar de los miles de millones de dólares invertidos, 20 años después de la invasión, más de la mitad de los 36 millones de afganos viven con menos de 2 dólares al día, según cifras del Banco Mundial.
En las dos últimas décadas la corrupción ha sido preponderante entre los gobernantes. Muchos afganos temen que el caos empeore aún más cuando Estados Unidos y los aliados de la OTAN se vayan.