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Japón lanzará al océano Pacífico un millón de toneladas de agua de la planta nuclear de Fukushima para desmantelar la central que quedó destruida tras el tsunami de 2011. La alternativa a esta solución era evaporar el líquido. Las autoridades japonesas aseguran que verterla al mar es una opción segura con los tratamientos de depuración adecuados. Sin embargo, organizaciones ecologistas, pescadores y países vecinos como China se oponen a la decisión.
“Vertir el agua tratada es una tarea inevitable para desmantelar la planta de Fukushima y reconstruir el área”, anunció el primer ministro de Japón Yoshihide Suga. Además, Japón señala que alrededor del mundo se llevan a cabo procesos parecidos de forma rutinaria.
La operación podría empezar en un par de años y durar décadas. Sin embargo, el anuncio llega ahora que se acumulan en la central nuclear 1,3 millones de toneladas de agua, lo que equivale a 500 piscinas olímpicas. El espacio de almacenamiento se llenaría en 2022 y además la acumulación de esta cantidad tiene un coste anual de 100 billones de yenes ($912,66 millones de dólares).
La operación no habrá empezado para el inicio, este mes de julio, de los Juegos Olímpicos de Tokyo. Durante la competición, algunas pruebas se celebrarán a unos 60 kilómetros de la planta nuclear, pero no es algo que preocupe a las autoridades. En 2013, el ex primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunció que el accidente de Fukushima no perjudicaría la candidatura de Japón frente al Comité Olímpico Internacional.
El tratamiento de las aguas residuales
La depuración la llevará a cabo Tepco (Tokyo Electric Power Company), la que fuera la mayor empresa privada de producción de energía eléctrica de Japón. Sin embargo, Tepco fue nacionalizada tras la catástrofe de Fukushima ante la incapacidad de asumir los costes del accidente. De otro lado, el proceso será supervisado por la Organización Internacional de Energía Atómica bajo los estándares de la OMS.
El plan de la compañía es una depuración del agua que eliminaría la mayoría de elementos radiactivos con el llamado Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos. Sin embargo, este proceso no se deshace del tritio, un isótopo del hidrógeno difícil de separar del agua con las técnicas actuales.
A pesar de ser radioactivo, hay divergencias de opiniones sobre si el tritio es considerado peligroso para la salud humana. Por un lado, un artículo científico de 2014 citado por Reuters señala que la ingesta de altas cantidades puede suponer riesgo de cáncer.
Por otro lado, expertos como Ken Buesseler, investigador en el Woods Hole Oceanographic Institution de Massachusetts, quien ha estudiado las aguas acumuladas alrededor de Fukushima, asegura que su preocupación no se centra tanto en este isótopo, si no en “los altos niveles de otros contaminantes que son más peligrosos para la salud y se acumulan más en los animales y en los sedimentos marítimos”, según cita Reuters.
Una crítica compartida por la asociación ecologista Greenpeace, que teme la entrada en la cadena alimentaria de “otros elementos radiactivos como el carbono 14”.
Sin embargo, para la experta en radiaciones del Imperial College de Londres, Geraldine Thomas, citada por AFP, el isótopo radiactivo carbono 14 tampoco es dañino. Thomas asegura que contaminantes como el mercurio deberían preocupar más que «todo lo que proviene de la central de Fukushima».
El experto en riesgos de radiaciones de la Universidad de Oita (Japón), Michiaki Kai, afirma que el impacto depende de la dilución y del volumen de agua tritiada vertida al mar. «Existe un consenso entre los científicos sobre el hecho de que el impacto en la salud (de un vertido al mar de agua tritiada) es minúsculo» pero «no podemos decir que exista un riesgo cero, por eso es polémico», declaró a la AFP.
La idea de Tepco es diluir el agua con tritio con más agua hasta que los niveles del isótopo estén por debajo de los límites legales. Además, las autoridades japonesas recuerdan que desde el accidente de 2011, todos los productos alimentarios que provienen del área de Fukushima pasan controles sanitarios mucho más estrictos que los del resto del país.
«La acción es extremadamente irresponsable»
Estados Unidos mostró su apoyo a la decisión de Japón. El Departamento de Estado de EE.UU. comunicó que “frente a esta situación única y compleja, Japón ha sopesado las distintas opciones y sus consecuencias, ha sido transparente con su decisión y parece haber adoptado una postura de acuerdo con los estándares globales de seguridad nuclear”.
Por otro lado, vecinos de Japón, como China o Corea del Sur, han expresado su desacuerdo con la decisión. El ministro de Exteriores chino anunció en un comunicado que “la acción es extremadamente irresponsable y dañará seriamente la salud pública y la seguridad internacional, así como los intereses vitales de la gente de los países vecinos. Por otro lado, Seúl se quejó de que el plan no fuera consultado con los países de la zona, pero Tokio asegura que sí lo analizó con sus vecinos.
Los sindicatos de pescadores temen que el vertido de aguas cause un “impacto catastrófico” a su industria. Sin embargo, Tepco asegura que compensará tanto a la industria pesquera como a otros sectores que vean afectada su reputación.